viernes, 13 de julio de 2012

Bibliografía consultada:

  • Common sense productions (s/f). Fundamentación olfato. [Documento en línea]. Disponible: www.commonsenseproductions.nl/.../Fundamentacionolfatobibliografia_000.pdf
·         (s/a)(s/f). Sistema olfatorio de vertebrados. [Documento en línea]. Disponible:www.uv.es/~ramo/quimio/OLFATOVert.pdf
·         Gran Enciclopedia Espasa (2005). (Vols.1-20).  Bogotá, Colombia: Espasa-Calpe.

miércoles, 11 de julio de 2012

     El olfato es el sentido quimiorreceptor con el que los seres humanos perciben los olores del ambiente
    Para explicar mejor cómo funciona el olfato me gustaría hacerlo como si fuera un viaje, deteniéndome en algunas estaciones para explicarlas detalladamente.      Pues bien, el viaje comienza cuando, de los objetos o de las sustancias, se desprenden moléculas químicas olorosas u odorantes.   Estas moléculas flotan en el aire y viajan a través de este, hasta llegar a nuestras fosas nasales, una vez allí, estas se topan con el epitelio olfatorio.    


Ésta será la primera estación para que comience el proceso de percepción de los olores
1)    El epitelio olfatorio
     El epitelio olfatorio es una fina y delicada membrana que se encuentra ubicada en la parte superior de cada fosa nasal; está constituida por glándulas de Bowman, células basales, células sustentaculares y neuronas sensoriales olfatorias.   
·         Las glándulas de Bowman: son las encargadas de secretar moco y crear la superficie interna mucosa necesaria para que las moléculas olorosas se disuelvan en ella y lleguen hasta los receptores de olor.   Debemos tener presente que las moléculas olorosas deben poseer cierto grado de hidrosolubilidad, para poder atravesar el moco hasta llegar a las células olfatorias; y liposolubilidad, para no ser repelidas por los lípidos que recubren la membrana de dichas células.
·         Células sustentaculares: Éstas son células de soporte.
·         Células basales: Estas son las células precursoras, a partir de las cuales crecen nuevas células sensoriales olfatorias.   Cada 60 días o menos las neuronas sensoriales olfatorias degeneran y son fagocitas; estas son sustituidas por nuevas células y este recambio continuo continua a lo largo de toda la vida.
·         Neuronas sensoriales olfatorias: Son células nerviosas bipolares.   Estas células en desarrollo envían su axón amielínico hacia el bulbo olfatorio y sus dendritas van  desde el soma o cuerpo hasta la superficie del epitelio olfatorio.  Estas dendritas o cilios poseen proteínas receptoras de membrana.
 Una vez explicada esta primera estación, continuemos con nuestro viaje.   Después que las moléculas olorosas atraviesan la capa de moco, llegan a los cilios que poseen receptores de membrana.   Estos receptores actúan como diferentes tipos de cerraduras en la membrana de las dendritas.   Por eso, cada molécula olorosa llega como si fuera un llavero con muchas llaves, pero sólo algunas de sus llaves entrarán en las cerraduras.  Menciono este ejemplo, ya que una sola molécula olorosa es capaz de estimular varios receptores, y cada uno de ellos responde a una parte de la estructura de la molécula.  Ahora bien, supongamos (hipotéticamente) que varias moléculas olorosas estimulan a los receptores tipo A, B y C.   Cada molécula se une o acopla a un receptor de membrana para estimularlo, y esto genera una serie de procesos intracelulares (transducción olfatoria) que van a permitir que la neurona sensorial olfatoria se despolarice (que se reduzca la negatividad en el interior de la célula nerviosa durante la conducción del impulso) y genere una señal eléctrica que se propagará a lo largo de todo el axón de la célula.  Varios axones se agrupan, formando un nervio olfatorio que atraviesa la lámina cribiforme del hueso etmoides a través de pequeños agujeros, hasta llegar al bulbo olfatorio.  Ésta será la segunda estación:


1)    El bulbo olfatorio

     Los bulbos olfatorios son dos  pequeños cuerpos ovoides aplanados que se hallan ubicados debajo del lóbulo frontal del cerebro, sobre la lámina cribiforme del hueso etmoides.  El bulbo olfatorio posee cinco capas, a saber: capa glomerular, capa plexiforme externa, capa de las células mitrales, capa plexiforme interna y capa granulosa.   En la capa glomerular se encuentran unas terminaciones en forma globular llamadas glomérulos, en la capa granulosa se hallan las células granulares y en la capa de las células mitrales se encuentran una células que poseen dicho nombre.

     Una vez aclarado esto, continuemos.  Los axones de las células sensoriales olfatorias que poseen el mismo tipo de receptor de membrana convergen en uno o pocos glomérulos.  Siguiendo con el ejemplo anterior, si varias células olfatorias poseen receptores de membrana tipo A, sus axones convergen en un glomérulo específico para este tipo de receptor.  Cada glomérulo recibe aproximadamente dos mil axones de células olfatorias con el mismo tipo de receptor.  Sin embargo, los seres humanos somos capaces de reconocer más de diez mil olores diferentes. ¿Cómo sucede esto?
  Recordemos que una sola molécula olorosa es capaz de estimular varios receptores de membrana de diferentes tipos.  Por eso cuando los axones de las células olfatorias que poseen el mismo tipo de receptor convergen en varios glomérulos específicos, estos se activan y crean un patrón de actividad particular, es decir, crea una especie de mapa o código único que el cerebro puede “leer” y reconocer.  Este patrón de actividad específico es reconocido por el cerebro como un único aroma. Entonces el hecho de que podamos reconocer diez mil olores diferentes implica que reconocemos el patrón de actividad glomerular de estos diez mil olores.
     Ahora bien, ¿cómo llega la información al cerebro?     En los glomérulos, los axones de las células sensoriales olfatorias sinaptan con las dendritas de las células mitrales que se hallan en el bulbo olfatorio.  Por lo tanto, las células olfatorias le transfieren la señal eléctrica a las células mitrales que serán las encargadas de llevar la información al cerebro a través del tracto olfatorio. La información se dirige ahora al cerebro emocional y a la corteza frontal   Entonces, la última estación es el cerebro:
2)    El cerebro
     En el cerebro existen, entre otras, dos regiones muy importantes: El sistema límbico y la corteza frontal.   El sistema límbico también llamado cerebro emocional se encuentra ubicado debajo de la corteza cerebral y es el encargado de procesar nuestras emociones.  Este comprende centros importantes como:
·         El hipocampo: involucrado en la formación de la memoria.
·         El hipotálamo: que entre otras cosas, regula funciones corporales como la ingesta de alimentos y la sed.
·         Amígdala cerebral: Encargada de procesar y almacenar diferentes emociones.
·         Tálamo: Transmite la información recibida a la corteza cerebral.
Por el contrario, la corteza cerebral está asociada al pensamiento racional de las seres humanos.
    Gracias a esta breve explicación, podemos decir que, si la información sensorial olfatoria viaja al sistema límbico, es capaz de provocar la aparición de diferentes emociones.  Igualmente, si esta información viaja a la corteza cerebral podemos reconocer de qué olor se trata.   Por ejemplo, si pasando por la cocina percibimos el olor de torta recién horneada, nuestro cerebro reconocerá el patrón de actividad glomerular correspondiente a este olor y sabremos con certeza que es torta.  Además, este simple aroma, al activar el sistema límbico, puede hacer que nosotros recordemos (gracias al hipocampo) tortas anteriores que nos hayamos comido en diversas situaciones, por ende, puede causarnos alegría, tristeza o disgusto (gracias a la amígdala) según el recuerdo al que asociemos dicha experiencia y por supuesto, nuestra corteza cerebral nos dirá: mmm… torta.  Y le enviará un mensaje al hipotálamo que nos hará salivar y coger un pedazo de torta.  Claro, al cabo de unos minutos de estar en la cocina, ya nos hemos acostumbrado al olor de torta horneada; y esto ocurre ya que varias fibras nerviosas o axones van desde las regiones olfatorias del cerebro, pasando por las cintillas olfatorias hasta llegar a las células granulares que se hallan en el bulbo olfatorio.  Estas células son las encargadas de inhibir o refrenar la función de las células mitrales, lo que ocasiona que nos adaptemos a las sensaciones olfativas una vez que se ha iniciado el estímulo olfatorio.
    De ésta manera, termina nuestro gran viaje que nos ha permitido conocer cómo ocurre el proceso de percepción de los olores.  Espero que ésta información les sea útil para la realización de diversas tareas escolares.